Despelote Bíblico.
Gustavo A. Aldrey
Voy a revelarles algo que ocurrió ciertamente en nuestra dimensión, y que aún no sabemos como controlar, pero sí advertimos su final. Incluso, no se sabe a ciencia cierta en que fracasamos, o mejor, en que pifió la Energía Universal Creadora o el Supremo Señor del Cosmos. Pero de lo que sí estamos completamente seguros, es que el novel proyecto se ha salido de nuestras manos, y lo peor, se ha descontrolado de manera fatal…
Pero, vayamos al principio de todo el embrollo, ¿Saben ustedes lo que es la Energía Creadora Universal?, Bueno... es algo difícil de explicar dada la trascripción que debo hacer. De todas maneras voy a tratar de explicárselos lo más diáfano posible, pero antes me presentaré como es debido.
Mi nombre es Lidiéh, soy un joven querubín del primer trono angelical, siendo mis labores muy simples y específicas. El Supremo me nombró "Caballero de la Observación" dada mi facultad hacia el comentario social ampliado y la escritura, debiendo observar, meditar y registrar todo, para luego presentar un informe diario a mi señor inmediato, el Arcángel Gabriel, quien es el "Señor de la Palabra", y este a su vez, al Supremo. Estoy obligado a copiar en perfecta ortografía celestial lo que viese y oyese por los alrededores en los Libros Sagrados, soy algo así como un escribano seráfico, ¿me comprenden?. Siempre estoy cerca del Supremo observando todas las acciones, las buenas y las malas... bueno, pero vamos al punto que nos concierne realmente...
La Energía Creadora Universal es una fuerza sobrenatural, mágica y superior, que controla el Equilibrio de todas las cosas, incluyendo a los seres divinos, etéreos y no etéreos del Universo. Ella, a la par de crear formas, se encarga de que ese equilibrio se mantenga en perfecta armonía con los preceptos naturales de nacimiento, evolución y muerte.
Todo ese glamoroso trastorno comenzó con la creación por parte del Supremo, de un experimento llamado "hombre", y se han trastornado tanto las cosas que en algunos círculos celestiales creen que nosotros somos producto de su imaginación, de su aberrante ego inconsciente, para expiarse a sí mismo sus trastornos, teniendo de esa manera a quién pedirle perdón por sus actos, quedando en paz consigo mismo. Pero lo atroz del asunto es que el impresentable homínido de dos patas comienza de nuevo a cometer disparates, volviendo a solicitar indulgencia a través de unas letanías que ha inventado, inclusive, desde tiempos inmemoriales, creando una cofradía de nebulones viciosos que supuestamente están autorizados a perdonarle e imponerle correctivos mediante oraciones e insulsos castigos. Es un círculo vicioso, suena paranoico, pero así es... total que es un enredo muy complicado. La confusa alegoría empezó de esta manera, y así esta anotada en mis libros...
Sombrías tinieblas cubrían la totalidad del universo, nada existía, no había sonidos, ni movimiento, todo estaba oscuro y envuelto en un pesado manto mustio y fuliginoso. Una mezcolanza de materias de todo tipo viajaban dibujando extrañas formas en el infinito. De repente y sin razón aparente, la materia oscura comenzó a revolverse generando furiosos remolinos de los cuales salían rayos y gases incandescentes de vívidos colores, enormes lenguas de fuego escoltadas por estruendosas explosiones hacían ver que algo insólito brotaba en el espacio infinito. En medio de tanto estremecimiento, apareció una figura etérea, de pie, sobre un calvario, y esta a su vez se separaba de la apocalíptica revuelta de material, fluidos y vapores. Era El Supremo creado por La Energía Universal para que vigilara todo. Por todas partes empezaron a florecer todo tipo de esferas que rebotaban chocando unas con otras, fundiéndose y creciendo a un ritmo desmesurado.
En todo ese tiempo universal de eones imposibles de imaginar las esferas fueron enfriándose, bailando a una velocidad más moderada, alejándose unas de otras. Pero a pesar de todo el universo seguía ardiendo sin cesar a un ritmo frenético creando mundos, estrellas, cometas, planetas y todo tipo de galaxias, conjuntamente con unos puntos oscuros llamados agujeros negros, que son algo así como los limpiadores del cosmos, a donde va la basura, diríamos; la que luego sale convertida en incandescentes chorros de gas reciclado de su centro para crear nuevas formas cósmicas en millones de años...
Pasaron muchos tiempos siderales para que se enfriase totalmente, aún quedan algunos lugares en donde se encienden tizones repentinos como volcanes, pero ya toda esa vorágine inicial estaba casi apagada, aparentemente. La Energía Creadora estaba creando el Universo, la voluntad que lo controla todo despertó de su letargo y comenzó su ardua tarea después de una apocalíptica explosión.
Aquella entidad creada se encontraba muy sola, rodeada de aquel vasto cosmos chispeante y sonoro a su alrededor. Y es entonces cuando decide buscar alguien que lo ayude, retirándose a meditar entre toda aquella inmensa y despoblada zona creativa, pensando que supervisar y patrullar todo el término era muy pesado para él. Así que pensó en crear dos seres etéreos como él, que le ayudasen con la pesada faena. Al primogénito lo llamó Lucifer, el "Portador de la Luz Primigenia" dándole la misión de encender la chispa divina de la creación, además de vigilar la evolución de las creaciones. Al segundo lo nombró Miguel. Y le asignó la tarea ser el “Guardián del Infinito”, encomendándole la ocupación de cuidar y proteger el vasto universo. Como verán, eran unos seres con funciones específicas e importantes. Y así nació el primer autócrata con sus directores...
Pasaron los milenios y otros seres etéreos fueron creados y que a su vez estos tuvieron compañía. El Espacio Cósmico se llenó de miles de millones de entidades de todo tipo dirigidas por el Supremo que recorrían todo el Infinito llevando mensajes, auditando mundos, cuidando y supervisando las creaciones a través de sus espíritus. Pero como comprenderán todas estas creaciones hubo que organizarlas, pues eran miles de millones de seres etéreos y el asunto se podía escapar del control, así que empezó por crear nuevas jerarquías.
Creó a cinco entidades más como Lucifer y Miguel, todas ellas muy importantes para completar los llamados Siete Espíritus Superiores, a saber, Gabriel, Uriel, Rafael, Zadkiel, Jofiel, sus ayudantes de primera mano, o sea sus secretarios. A los segundos los llamó ángeles, siendo miles de supervisores que recorrían todo el Universo haciendo gestiones. Después estaban los querubines, serafines, virtudes, potestades y dominaciones, que estaban muy cerca del Supremo y poseían deberes concretos. Y así surgió el primer Imperio Galáctico Celestial, por supuesto, como siempre, había un jefe superior que dictaba las leyes y las hacía cumplir por medio de sus ayudantes, o sea el primer autócrata.
Lucifer y Miguel algunas veces estaban con él a beber infusiones aromáticas, charlando horas y horas inventando nuevas creaciones. Claro, con todo ese ejército de colaboradores conseguían darse esas libertades. Y así transcurrieron más sidéreos en paz y armonía.
Y un día en una de esas peroratas vespertinas, degustando un té, Lucifer preguntó si alguna vez podría crear su propio universo para controlarlo y vigilarlo. El Supremo le contestó que eso no era posible, pues él formaba parte de la creación y el único que podía crear universos y seres etéreos era él. Esto al parecer no gustó mucho a Lucifer y se retiró a meditar la respuesta que le había dado el Padre Supremo, mientras que este se quedó disertando con Miguel, ambos sorprendidos, con la actitud de Lucifer y la pregunta que había formulado.
Lucifer era un Arcángel rebelde, vehemente, creativo y muy inteligente, y por las funciones que ejecutaba tenía mucha libertad de decisión. Pero algo dentro de sí crecía a cada instante en que lanzaba una chispa de luz primigenia, creando algo que le encomendase el Supremo. Ese sentimiento fue creciendo en él con los siglos, convirtiéndose posteriormente en una idea de libertades; no se sabía por que razón, pero hay estaba el original sentir. Hacía reuniones para razonar sus ideas con su comandante de confianza Satán, quien era una figura holográfica de él mismo, un hermano imaginario diríamos, el que le seguía a todas partes y lo apoyaba en todas sus genialidades, pues eran muy buenos amigos desde el mismo instante que fue creado.
Para entretenerse habían formado un grupo de música llamado IIKKHH, que el idioma celestial significaba, "Chispa Divina" y hacían presentaciones esporádicas en los anfiteatros intergalácticos cantando sus propias canciones, con letras reformistas, de protesta y mensajes de libertad. Lucifer fue ganando adeptos en el universo y creó un movimiento democrático revolucionario cuyas siglas eran MYL, (Moral y Luces), el que tenía muchos partidarios en muchos lugares del cosmos.
Siguió manifestando sus revolucionarias ideas en concentraciones y reuniones clandestinas por todos los rincones, e inclusive, algunos adeptos, hacían pequeñas protestas enfrente de la Montaña de la Creación, comentándose por muchos lugares del infinito que el Supremo era un dictador que no permitía ningún tipo de libertades, pues todo debía ser hecho bajo sus preceptos y mandatos.
Un día Lucifer proclamó la creación de una nueva Constitución Universal Cósmica y una pizca de preocupación surgió en el Supremo que se preguntaba, ¿Qué le había ocurrido a Lucifer?, ¿Qué era lo que él como padre había hecho mal?
Los Consejeros Universales se reunieron de emergencia para analizar el contenido y decidieron nombrar una comisión que estudiara el raro caso, para que siguiera muy de cerca a Lucifer y sus ideas revolucionarias. Mandaron a Gabriel, el "Portador de la Palabra" uno de sus más fieles discípulos, a conversar con él sobre el proyecto. Las reuniones se llevaron a cabo en un lugar paradisíaco llamado Edén. Pasaron muchos años conversando no llegando a ningún acuerdo. Se rompieron las conversaciones, por culpa de una trifulca etérea y solo se realizaban reuniones esporádicas privadas que no llegaban a nada. No se vislumbraba ninguna solución. Pero Lucifer seguía predicando su Constitución Universal Cósmica por todos los confines del infinito.
Un día, Miguel y Lucifer coincidieron en un territorio inexplorado del cosmos y casi se empapelan a trompadas por el asunto. Los dos bandos, que eran unos cuantos miles, fueron detenidos por la sabia palabra de Gabriel, interviniendo a tiempo antes de que se formase un zafarrancho angelical.
Mientras todo esto sucedía, El Padre Supremo se encontraba reunido con los Señores del Paraíso hablando de un proyecto que tenía sobre la creación de un ser que prontamente poblaría un planeta llamado Tierra, cuando le llegaron las noticias a través de un emisario del asunto engorroso que había ocurrido en el sector 1026, cuadrante 109 del Cosmos. La cosa se tornaba preocupante y había que hacer algo. Cuando llegase Miguel le interrogarían para saber a ciencia cierta lo que había sucedido.
Miguel por su parte era muy instruido, un ángel tranquilo, sumiso y obediente, de carácter fuerte y justo, el chico perfecto que no se salía de la ley, y cuando le tocaba aplicarla era implacable. Pero sentía cierto recelo de Lucifer, porque era el primogénito y el preferido del Maestro...
Uno de los Señores del Paraíso, líder de los mas conservadores, opinaba que era muy fácil de resolver el asunto Lucifer, con mandar una legión de vigilantes a machacarles era suficiente y al líder lo "borrarían del mapa" y así darían por terminado la cuestión. El Supremo no estuvo de acuerdo con esa ponencia pues se trataba de Lucifer, su primogénito, regañando severamente al Superior.
El Supremo estaba apenado por la actitud de Lucifer, llamando al Consejo General Angelical para discutir el asunto a un nivel mayor, llegando a la conclusión de que a Lucifer se le pasaría pronto el desvarío juvenil, pues era lo que llaman los psicólogos, un niño líder, decidiendo darle mayores responsabilidades y ángeles a quien dirigir, y así olvidaría la cuestión; además con la nueva idea "la creación del hombre", él y sus leales tendrían mucho trabajo.
Y así fue. Lucifer pasó los días organizando el proyecto de la creación del hombre, lanzando chispas y creando playas, lagos, montañas, palmeras, árboles frutales, animales de todo tipo, por órdenes del Supremo, arreglando la estancia en donde el homínido pasaría algún tiempo pues no sabían ciertamente cual sería su reacción psíquica o física.
El Supremo, con la ayuda de la Energía Universal había creado galaxias, planetas, cometas, soles, estrellas, seres etéreos, ángeles... pero nunca un mortal y debía tomar todas las precauciones necesarias para que todo funcionara bien.
Y llegó el gran día. El Supremo pronunció un largo discurso a raíz del evento, aupando a todos a que se unieran en la obra y ayudasen a evolucionar al ser. Y de repente, ¡zas! Ahí estaba el ser con su compañera. Los hizo a imagen y semejanza de la materia pegajosa e incandescente que tanto abundaba en el cosmos. Les moldeo como surfistas de playa californiana al mismo tiempo que pronunciaba unas palabras en el idioma celestial antiguo. Ordenó a Lucifer que proyectará su chispa primigenia sobre la criatura para que todo el conjuro funcionase. Y fue todo un éxito. Ambas criaturas se levantaron, se tomaron de las manos, sonrieron saludando a sus creadores y entre rayos, chispazos, aplausos y vítores, se dirigieron hacia el Edén exhibiendo glamour sobre una bella alfombra roja.
Los allí presentes aplaudían la obra. Un grupo de adulantes felicitaba al Supremo con euforia abrazándole con efusividad; todos menos Lucifer que se retorcía de rabia y envidia, porque todos adoraban a la nueva creación, que según lo que había oído en el discurso de apertura, sería el que reinaría en el cielo al lado del Supremo y sus Arcángeles y eso lo tenía muy molesto. Después de todo lo que él había hecho, vigilado y supervisado por ciclos sidéreos y ahora una criatura involucionada y simplona, sobre todo no-etérea, se iba a llevar el premio siendo él el primogénito. Eso no lo entendía y debía hacerse algo y pronto. Le comentó a Satán que le daba la impresión de que el Supremo y sus ideas habían caducado y estaba cometiendo una gran injusticia con él.
El asunto adquiría dimensiones desapacibles pues Lucifer estaba casi fuera de sí. A la sazón salió raudo de la Montaña de la Creación y se dirigió a convocar a sus revolucionarios para tomar medidas. Lucifer estaba furioso y Satán lo segundaba con sus huestes. La imberbe criatura llamada hombre pasaría un tiempo en el Edén adaptándose y desarrollándose a la perfección, para luego ser enviado a la Tierra a poblarla y vivir en paz y armonía bajo la tutela del Supremo, hasta que evolucionase solo con amor y luz, para luego sentarse a la diestra del Padre Creador llevándose el premio mayor. La verdad, la mayoría en el universo etéreo estábamos en desacuerdo, pues nos preguntábamos, ¿Cómo una criatura hecha de la misma materia que un planeta o estrella, que sabíamos que con el tiempo se deterioraba y perecía pudiese evolucionar?, pero, eran las órdenes del Supremo y no había discusión...
Pero Lucifer tenía un plan y lo pondría en marcha; y era, corromper al hombre para que no evolucionase y ser el amo, luego destronar al Supremo con un golpe de facto, encarcelar a sus seguidores, para ser el dueño y señor del universo, gobernando a sus anchas en paz y libertad con su Constitución Universal Cósmica. En protesta, organizó con sus seguidores la proclamación de su nueva Constitución, coincidiendo con la fecha del nacimiento del Cosmos; algo que llevó a cabo mandando emisarios por todos los rincones del infinito para que dieran a conocer su Proclama Universalista. Esto enfureció al Supremo y a los Vetustos del Sanedrín Angelical y convocó a la OMU, la Organización Ministerial Universal, para que amonestara a Lucifer. El Tribunal Superior envió una esquela de protesta muy severa, indicándole a Lucifer que depusiera su actitud rebelde y se reuniera con los Ministros Superiores, para llegar aun acuerdo. Lucifer aceptó con la condición de que le dejaran explicar sus ideas sobre la Constitución Universal Cósmica en la Asamblea General de la OMU.
Así fue. Llegó el ansiado día y Lucifer, en compañía de Satán y algunos de sus fieles se presentaron en la OMU. Allí estaban todos, hasta el mismo Supremo. Lucifer haciendo una reverencia al Padre Celestial, comenzó su disertación sobre La Constitución Universal Cósmica, pasaron varias horas y solo se escuchaban los aplausos de sus seguidores y el de algunos Ministros Independentistas. Este, terminó su ponencia y fue aplaudido efusivamente por los allí presentes. Salió del lugar en compañía de los suyos escuchando protestas de la mayoría de los ministros más antiguos...
¡Animal! ¡Sátrapa! !Has atentado en contra de tu padre¡ ¡Ingrato! !Impresentable¡ ¡Energúmeno! Eran algunas de las exclamaciones que se escuchaban en la asamblea. Lucifer hizo caso omiso a los escarnios y se retiró tranquilamente.
Lucifer con su Constitución Universal Cósmica proclamaba entre otras cosas, la unión de todos los pueblos del universo, la creación de un estatuto universal único, promulgado en mayoría por todos democráticamente. Que cada mundo, astro o planeta tuviese su Señor Planetario, que rindiera cuentas a su propia conciencia etérea; y por supuesto, Lucifer sería en Señor Supremo del Cosmos para supervisar que todo se hiciese correctamente. Total era cambiar de un Soberano por otro, con la diferencia de que Lucifer hablaba de mayores "libertades", a través de la Democracia, un sistema, señalaba, en donde el "poder lo ejercería el pueblo”...
El Supremo reunió a su Consejo de Seguridad esa tarde después de comer y echarse una siesta. Y luego de algunas horas de discusión, como siempre, no llegaron a nada en concreto. Gabriel que pertenecía al Consejo, viendo el enredo, solicitó dialogar. Les propuso algo que él pensaba solucionaría el conflicto dándole a Lucifer y a sus revolucionarios un lugar en el Universo, en donde dieran rienda suelta a su imaginación y a sus ínfulas de grandeza, y así de esa manera permanecería tranquilo. Era una buena propuesta y probablemente hubiese solucionado el aprieto, pero la turba ministerial caudillista y chocarrera no estuvo de acuerdo. Los más radicales del consejo, por ende los más rancios, votaron en contra y decidieron enfrentarlo por la fuerza, emitiendo una orden de captura en su contra para él y sus seguidores, por sedicioso y rebelde.
Lucifer se enteró y esa misma tarde, se reunió de emergencia con los suyos y decidieron tomar las armas atrincherándose en el sector 666 del Cosmos; un lugar agreste e inexplorado, lleno de cavernas y lugares misteriosos. Los Arcaicos del Sanedrín Superior presionaron al Supremo para que llamase a Miguel, y este muy abatido por los acontecimientos le ordenó la guerra contra Lucifer en contra de sus más profundas emociones, en medio de dos bandos de lucha, unos que deseaban llegar a un acuerdo a través del diálogo y otros que no...
La conflagración se extendió un par de milenios y en una aterradora batalla, Lucifer fue derrotado por las legiones de Miguel, encadenado y encerrado en una cueva. Satán se atrincheró con unos cuantos millones de los suyos en otro cuadrante del sector 666, un cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, perfecto para la guerrilla cósmica, oponiendo gran resistencia, pero el día de la batalla final se acercaba cada vez más.
La trifulca fue espantosa, de una mordacidad indescriptible, Satán y sus legiones lucharon con furia ardiente contra Miguel y sus tropas, cruentas cruzadas se llevaron a cabo por todos los extremos y rincones de cada asteroide. Cachiporrazos, trompadas, golpes de ala y todo tipo de rayos cósmicos circulaban por la zona de guerra, al punto, que algunas veces fallaban y estos iban a impactar en planetas y mundos, ocasionando serios daños en el medio ambiente, daños colaterales como se les llamaba. Pero las tropas de Miguel eran superiores en número y en logística diezmando poco a poco a los insurrectos. La lucha se trasladó hasta donde se encontraba el planeta Tierra y es ahí por error, que Miguel, ofuscado por el fragor de la batalla y su recelo, de un garrotazo astral, lanza a Satán al planeta Tierra con algunos de sus congéneres, cometiendo un grave error.
Y así, La Primera Rebelión Luciferina concluyó. Los demás rebeldes fueron encerrados junto con Lucifer en un sitio creado especialmente para ellos, el planeta Averno y las aguas se tornaron calmas y todo volvió a ser como antes. El Supremo mandando, creando y dirigiendo el Cosmos a su manera como buen autócrata, Miguel custodiando el Infinito pavoneándose de su victoria sobre los insurrectos, y Lucifer, en su encierro con los suyos, por ahora, estudiando Derecho Universal para mejorar su Constitución.
Hubo una serie de reuniones entre los sabios del Cosmos ordenadas por el Supremo para analizar las causas del despelote. Nuevamente se nombró una comisión para que estudiara el caso y dar con las razones del cambio de actitud y personalidad de Lucifer y todos sus colaboradores, pero no llegaron a nada. El presidente de dicha comisión era una sabia Virtud llamada Amok, el "Señor de lo Profundo", que tenía una hipótesis que explicaba la posibilidad de que Lucifer o Satán, hubiesen contraído una rara dolencia vírica que hubiese atacado su psique en el preciso momento de su creación, a raíz de toda la mezcolanza de materias, unidas a la sensación que ocasiona el sentirse poderoso y querer controlarlo todo, ser jefe supremo y tener don de mando, o tal vez ese injusto asunto del Creador con el hombre; carácter que generaba el mismo creador como Amo de la Ley, la Razón y la Verdad Absoluta, y tal vez estas fusionadas entre sí, hubiesen podido reaccionar de una manera diferente en los fluidos etéreos de los amotinados.
Amok la llamó DEFI, o lo es lo mismo "Desorden Etéreo Frenético Inconsciente". Expuso en su alocución, que todas las criaturas del infinito poseían algo que se llamaba EGO y la explicaba conceptuándola como una "Instancia psíquica que se reconoce como él YO, parcialmente conciente, que controla la motricidad y tercia entre los instintos del ELLO, el TU, los ideales del SUPERYO y la realidad del mundo exterior". Amok dedujo que la parte inconsciente de ese EGO, se pudo haber separado por culpa de virus psíquico y generar otro YO dentro del mismo ser que lo gobernaría desde su subconsciente, seguramente imposible de controlar. Los presentes se tomaron las definiciones de Amok como un insulto al Supremo y a la Fe, abucheándole hasta más no poder, tildándolo de excéntrico, aconsejando su reclusión en un asilo para seniles. Pero unos años después nos dimos cuenta de que Amok tenía razón, pero ya era demasiado tarde, pues la dolencia se había propagado contaminando a la nueva creación, el hombre, ocasionando un desastre de grandes dimensiones imposible de controlar. Ese trastorno egocéntrico-endiosado es el que hace que seres etéreos y no etéreos actúen inconscientemente, cometiendo todo tipo chifladuras en contra de sus congéneres y el medio ambiente, en contra de cualquier cosa que se arrastre, nade, vuele o camine, sea animal o vegetal ocasionando daños irreversibles.
Según Amok los síntomas más comunes eran:
- Súbitos actos impulsivos e inconscientes.
- Demostraciones histriónicas públicas egocéntricas.
- Pérdida de la capacidad de compartir.
- Fe ciega en algo que no existe.
- Extraños ataques de malcriadez.
- Inexplicable mal humor.
- La búsqueda precipitada de fama, dinero y poder.
- La obtención frenética de posesiones.
- Crisis Existenciales o de Identidad.
- Intervalos cortos de agobio profundo, con su consabida depresión.
- Fornicación inconsciente con cualquier semejante de indistinto sexo o género.
Eran algunos de los síntomas más conocidos. Pero con el tiempo aparecerían otros síntomas más crueles y engorrosos que se desarrollarían en el hombre, por culpa de que el virus DEFI mutaría con derivaciones sin precedentes para el Cosmos y la Humanidad ya que el germen se reacomodaba con las edades geológicas y siderales. Por supuesto, cada vez que Lucifer había hablado en público contaminaba a unos cuantos y así se fue organizando un poderoso ejército de Defiegómanos sin saberlo. Luego averiguamos con el tiempo como se contagió el recién llegado al Edén, según el soplonzazo de un querubín que espiaba por órdenes de un Superior a Lucifer y los suyos.
Unos días siderales antes de que capturasen a Lucifer y después la creación del homínido, este y su comandante, le hicieron varias visitas "político-afectuosas" por sugerencia de Satán al homínido y su pareja, con el fin solicitarles su apoyo, pues mientras más adeptos tuviesen más fácil sería controlar en Cosmos.
Cuando llegaron notaron que eran muchos ya que se reproducían etéreamente como conejos. Era una buena oportunidad de conseguir discípulos y no la dejarían escapar. Satán, mientras Lucifer dialogaba con los hombres, les entregó unos presentes, que incluía una cesta de frutas y finas telas. Las hembras curiosas se acercaron a tomar algunas de ellas. La mujer le preguntó ¿qué eran esas cosas? Y Satán les enseñó su utilización...
Una hermosa joven se sorprendió gratamente y decidió probar. Así charlaron un buen rato y Satán les instruyó sobre muchas cosas, entre otras, a reproducirse sin usar él "ser etéreo", solo a través del contacto corpóreo, sintiendo lo que hacían y además tendrían sus crías sin dolor alguno, con una nueva técnica que él les enseñaría controlando el dolor con la mente; algo que hizo furor entre las féminas, pues las sensaciones eran descomunales y les producían unos estados de éxtasis místicos que las mantenía felices y tranquilas además de controlarles las hormonas. Este "contacto corpóreo", era una de las propuestas que se promulgaban en la nueva Constitución Universal que predicaba Lucifer. Satán tuvo que volver en otras oportunidades a dar charlas y conferencias para que todos supieran como era; por supuesto, estaban incluidas las demostraciones físicas.
Parece ser que todas esas demostraciones físicas y agitaciones emotivas, ocasionaron que DEFI mutara de una manera distinta en Satán, ofuscándolo con las mujeres y el asunto del contacto corpóreo, al punto que se convirtió en un vehemente estado perturbador inconsciente en él.
Pero como les dije antes, La Energía que controla el Todo Total Infinito les haría una travesura. Lucifer y Satán sin darse cuenta, contaminaron al hombre con el germen DEFI, y eso se transformó con el tiempo en algo apocalíptico. He vivido en carne etérea propia todo este desequilibrio universal que no se sabe a donde nos llevará...
Bueno, Gabriel que andaba vigilante, le fue con el chivatazo a Miguel y este al Supremo. El Hombre y la Mujer fueron llevados a las oficinas de la Policía Secreta Seráfica, un rincón del cosmos para ser interrogados por unos oficiales. Ahí explicarían los detalles de las reuniones con Lucifer y Satán, y el asunto ese del Contacto Corpóreo y las desenfrenadas actitudes que todos asumían en dichas tertulias. Pero no pudieron hacerle hablar. El pobre hombre no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba ocurriendo. Fue echado del Edén y lo enviaron a su destino primario, la Tierra, acusándole de sedición y traición para con el Padre Creador. Lo maldijo con todo tipo de infortunios, lo hicieron mortal, y a la pobre compañera la pusieron a parir con dolor y a él lo emplazaron a trabajar de por vida a ganarse el pan con el sudor de su frente de sol a sol... El Supremo se recogió agobiado en su montaña, con un ataque nostálgico-depresivo, meditando ¿Qué fue lo que hizo mal? Ya que algo había hecho mal...
Y la creación se detuvo por un tiempo. Miguel continuaba festejando que había derrotado y encarcelado a Lucifer cual rockero que se niega a morir con sus nostalgias. Por lo pronto todos sentimos un gran alivio, porque en el fondo no queríamos convivir con el hombre en el Edén, intuíamos desde nuestro fuero etéreo interno que ocurriría un desastre, y así fue...
En el término celestial el negocio estaba controlado por el momento, a no ser que Lucifer escapara de su encierro, se reuniera con Satán y organizaran de nuevo la Revolución. Pero en la Tierra el asunto era diferente, se descontroló llegando a límites insospechados, pero muy organizado. Los hombres vivían en cavernas, se reunían en tribus tomando en cuenta la cantidad y calidad de aberraciones que eran capaces de cometer. Por su puesto, se reproducían físicamente con frenetismo, organizaba escaramuzas y saqueos, para robarles la comida, las armas y las mujeres a otros, liquidando a sus congéneres, comiendo arbustos y hierbajos de todo tipo. Un día, en uno de esos espantosos inviernos se encontraban todos recluidos dentro de su refugio protegiéndose del frió, no pudiendo salir a buscar comida. La cosa se tornaba delicada y uno de los semejantes falleció de hambre. El apetito era atroz y sus hormonas segregaron la actitud de comerse al prójimo; y así nació la aversión por la carne, cualquier criatura que sangrara era comestible. Y fueron a por ellas sin importar el tamaño, la cantidad de pelos, plumas, escamas o púas en su cuerpo.
Con el pasar de los años crecieron en número y se hicieron poderosos. Grandes hordas de homínidos pululaban por doquier haciendo de las suyas, y como DEFI se había desarrollado en ellos, defiegómanos gobernaban territorios enteros uniendo a los hombres en una meta común, el poder de tenerlo todo a como diera lugar, pero sobre todo, las mujeres...
Pero sucedió algo incompresible, DEFI no contaminaba a todos, hasta ahora no se sabe porque, pero había dos bandos, unos padeciendo el DEFI y otros con mucho sentido común y un ego consciente bien equilibrado, pero eran una minoría y están fritos. De vez en cuando aparecían unos charlatanes que hablaban de una rara enfermedad que se estaba apoderando de los seres humanos, pero nadie les hacía caso y se los despachaban sin ton ni son. Satán por su parte estaba en su salsa, fundó conjuntamente con sus ayudantes, la CDCC, o lo que es lo mismo, La Corporación de Contactos Corpóreos, con el cual se hizo rico y poderoso, y en la clandestinidad, continuando con el plan de su mentor, de corromper al hombre para que fracasara la idea del Supremo dejándolo mal parado delante de todos, rescatar a Lucifer para llevarlo a la ascensión del trono en el Infinito.
Hubo una temporada en que DEFI hizo estragos entre los homínidos pues se volvieron como locos, "se salieron del carril" y Gabriel, que había sido enviado por el Supremo a ver que estaba ocurriendo, comunicó que había unas ciudades en la cual se cometía todo tipo de barbaridades, se experimentaban con distintas torturas físicas y bebidas espirituosas, adoraban a todo tipo de imágenes; grupos de hombres y mujeres del mismo género se revolcaban teniendo contacto físico, para ver si eran capaces de procrear, algo que era totalmente imposible pues la Energía había creado seres con polaridades diferentes, positivas y negativas y solo esos si se unían eran capaces de procrear otro ser, los que tuvieran la misma polaridad no lo podían hacer. Pero los hombres seguían intentándolo...
Una mañana, el Arcángel Uriel, “el Fuego del Creador” fue enviado. Y usando el fuego primigenio destruyó a los contranaturales y se acabo el rollo, pero solo por un tiempo. Ya el daño estaba hecho, DEFI segregabas sus hormonas por todo el torrente psíquico de los hombres y peor aún, a su vez creaba una memoria genética en la mente de los mortales. Se suscitaron una serie de campañas beligerantes por todo el planeta con su consabida mortandad y violaciones reiteradas de los derechos humanos, por parte de conquistadores Defiegómanos y sus ejércitos. Saqueos de ciudades y el arrase de sus habitantes era habitual por aquellos días. Todo tipo de ególatras desfiló por doquier buscando poder y fama. Hicieron pirámides, ensancharon ríos, esclavizaron a una raza por su color creyéndola inferior, invocaron dioses nuevos y figuras fantasmagóricas adornaban los palacios... y como siempre, todo esto acompañado de interminables orgías y bacanales para festejar lo que fuese.
Entre toda aquella vorágine viciada y cruel, nacería un vasto imperio en donde germinaron una casta única de emperadores y monarcas Defiegómanos, a la par de grandes filósofos y pensadores, que traería una nueva cepa mutante de la enfermedad. Crearon un poderoso ejército conquistando una extensa zona del planeta. El Imperio era enorme y sus habitantes gozaron de mucha seguridad y prosperidad durante un tiempo. Hubo un emperador Defimagnánimo que gobernó por mucho tiempo, hasta que unos energúmenos se lo despacharon para tomar ellos el poder y disfrutar del mismo. Fue entonces cuando aquel reino empezó a decaer por culpa de nuevos síntomas de la enfermedad. La envidia, la gula, la lujuria, la desidia, la ira, eran otros de los descontroles emocionales, que generaba el germen, acompañados de los anteriores ya nombrados. Grandes fiestas y orgías se llevaban a cabo por cualquier cosa, cualquier motivo era suficiente para hacer una celebración. Ganar una batalla, que una suegra hubiese fallecido, el cumpleaños de un caballo al que un Defiegómano le nombró ministro. Hubo otro soberano muy poderoso que quemó una ciudad para purificarla y crear otra tan grande como su Defiego.
En ese tiempo, por supuesto, DEFI despertó en ese reino un devaneo total y absoluto de contacto corpóreo. Hombres y mujeres por igual se mezclaban sórdidamente a cualquier hora y momento en fiestas y celebraciones. Tal llegó la indolencia que crearon un circo en donde se cometían todo tipo de salvajadas. Satán estaba totalmente descontrolado pero satisfecho. DEFI había hecho estragos en él y no tenía cura. Su poder sobre los humanos era inmenso, los estaba haciendo retroceder en la evolución y el Supremo estaba quedando muy mal ante los inversores celestiales y ministros universales por el experimento humano. El Supremo furioso hizo estallar un volcán en una cuidad cercana como advertencia, destruyendo a todos sus pobladores, pero el asunto no funcionó. Los Defiegómanos hicieron caso omiso a la amonestación y siguieron con sus juegos y fiestas.
Entonces decide mandar a un emisario más contundente por consejo de Gabriel y el Sanedrín de Vetustos, a convencerles por medio de la palabra, y le llamaron Maestro. Ya un tiempo atrás habían aparecido unos cuantos advenedizos anunciando su llegada, pero fueron catalogados como agitadores públicos y se los ventilaron sin piedad. Este enviado logró convencer solo a un grupo de doce muy fieles, su madre, a la que un ángel preño etéreamente para que viniera al mundo, una prostituta, un grupo sólido de mujeres y unos 5000 adeptos que no estaban contaminados. Los Defiegómanos del momento empezaron a hacer reuniones y tratar el asunto, pues el Maestro predicaba la igualdad del hombre, la equidad de bienes, todas las criaturas son iguales, el amor, cosas un tanto raras para la época ya que esas utopías alteraban algunos "intereses". Los impresentables enredaron al gobernador de turno, involucrándole en asuntos turbios de dinero y corruptelas carnales, e hicieron que lo acusara de insurrección y herejía contra el imperio. Todo porque el individuo sanaba a la gente con imposición de manos, repartía comida, daba charlas explicando los conceptos del amor, la amistad, la acción de compartir con los semejantes, ayudarse unos a otros. Pero cometió un error. Resucitó a un infeliz que se decía que estaba muerto, pero como la catalepsia no era una enfermedad conocida en esos tiempos, todos creyeron que lo había resucitado con un hechizo. Los indecentes aprovecharon el error he hicieron más presión sobre el gobernador local para que lo pusiera preso. La noche que este ordenó la detención del personaje, los indecorosos enardecieron eufóricamente y mientras dormía, después de una comida opípara en un bosquecillo cercano, una panda de viciosos le detuvieron, lo molieron a palos y lo crucificaron en presencia de todo el mundo para dar el ejemplo.
Pero el asunto no concluyó ahí. La exhibición de egómanos siguió y los adeptos del Maestro fueron exterminados uno a uno, usurpando sus bienes, además de usar a sus familias en el circo, para distraerse, y por supuesto se llevaron a todas sus mujeres para satisfacer sus bajezas. Solo quedó un reducido grupo que logró salvarse de la hecatombe por esconderse en unas catacumbas.
Con el tiempo crecieron en número predicando la filosofía del Maestro, armonía, paz, todos somos iguales, la equidad material del hombre, el amor entre los hombres de buena voluntad, etc. Construyeron templos por todas partes y nombraron a un nuncio legal, para que los representase ante el Creador, “viviendo de la limosna”. Pero se contaminaron con DEFI, y tomaron el poder del baptisterio “administrándolo” en nombre del Creador. El Imperio se fue desmoronando poco a poco, mientras que sus líderes caían uno a uno en manos de futuros gobernantes pervertidos que se peleaban unos con otros, inclusive parientes cercanos, por el control del imperio hasta que desapareció. Aparecieron otros imperios en el norte y al sur del continente y furiosas batallas se llevaron a cabo por el control del poder y el dinero y por supuesto, las mujeres.
A todas estas Satán seguía con las enseñanzas del Contacto Corpóreo, inventó novedosos bebedizos espirituosos y químicos poderosos, para aumentar las sensaciones causando furor entre los que las usaban. Pobladas enteras llenas de éxtasis se descontrolaban frenéticamente en fiestas libertinas y lascivas. Satán y sus secuaces eran ricos y poderosos y hasta ahora seguía controlando al homínido y sus planes seguían en marcha.
Hubo otro momento en la historia del hombre en donde un grupo selecto de poderosos Defiegómanos, escondiéndose detrás de la bandera del Creador, aupados y protegidos por la figura que lo representaba en la Tierra, inventaron que Lucifer había salido de su escondite y deambulaba por las noches haciendo de las suyas, satanizando a hombres y mujeres, volviendo nuevamente a usar el viejo truco que habían heredado de su memoria genética, "echarle la culpa a otro, inventado una farsa, para usarlo como chivo expiatorio, y quitarle todo, y por supuesto las mujeres también...
Usando tácticas de distracción los Defiegómanos ingeniaron un plan, deshacerse de Satán para controlar ellos el CDCC y quedarse con todo el dinero que este producía, y las mujeres por supuesto, con todas las existencias de aderezos estimulantes y sustancias psicotrópicas que tendrían un futuro enorme muy pronto.
Este grupo de inconfesables ocasionó un desastre inhumano. Atacó a todos por igual con la excusa de que estaban "poseídos por Satán", haciéndoles un juicio divino en presencia de los altos mandos religiosos y militares; los incineraban en hogueras para purificarles el espíritu. Pero como verán fue imposible zafarse de aquella Homilía Nebulosa Santurrona. Murieron muchos y unos cuantos Defiegómanos se hicieron más poderosos. El asunto se calmó pues los impresentables consiguieron lo que querían quedándose tranquilos por un tiempo. Satán salvó su pellejo nuevamente y todo volvió a una normalidad relativa.
Con el pasar de los años Satán se dedicó a crear nuevas sensaciones, en la casa de veraneo de un viejo amigo suyo del Cosmos, un tal Drácula, otro ángel de las huestes rebeldes que lo acogió afectuosamente en su castillo. Satán le agradeció la gentileza poniendo el CDCC en los sótanos de su morada, en donde enseñaría sus artes, haciendo experimentos y demostraciones, y así Drácula conseguiría sangre fresca.
Pasó un tiempo de transición aflorando una época muy agraciada y creativa, en donde se desarrollaron las artes, la plástica, la música, y aparecieron todo tipo de artistas y genios, y la humanidad se deleitó con sus obras y hallazgos evolucionando con cierta relatividad. Inclusive, en ciertos círculos etéreos se llegó a pensar que el mal había llegado a su fin, pero no fue así... El Supremo y sus ayudantes, mientras tanto, se dedicaban a meditar en futuras obras, pues la creación debía continuar.
El Arcángel Rafael, el médico celestial, le recetó al Supremo, para salir de su agobio por la pérdida de su primogénito y el fracaso del hombre, trabajar y crear cosas nuevas, le propuso que diera rienda suelta a su imaginación. El Supremo retomó una vieja idea de supervisar los "agujeros negros", pues la basura cósmica debía ser organizada por materiales y elementos, además tenía numerosas denuncias del Ministerio Planetario de Salud sobre ese tema. Satán no salía del castillo de Drácula ya que ahí tenía todo lo que necesitaba por el momento. Hasta se decía que Lucifer estaba arrepentido de sus desvaríos y era capaz de pedir perdón. Aparecieron otros aires y DEFI desapareció y se calmó por un tiempo adaptándose a nuevas corrientes.
Con el surgir de la rutina y el cansancio creativo, DEFI hace su aparición entre los hombres de algunas naciones nuevamente. Satán despierta de su letargo y se reinicia otra carrera por el control absoluto del poder, y por supuesto las mujeres.
Y esta vez un grupo de Defiegómanos de varios países se lanzan a conquistar y explorar nuevos mundos, pues se corría el chisme de que había una tierra muy rica llena de libertades y oportunidades y recursos sin precedentes. Ciertamente, algo que logran los impresentables apoderándose de territorios haciéndolos suyos, aunque estuviesen habitados por hombres, no importaba, eran suyos y punto. En su mayoría eran lugares en donde la gente no estaba contaminada por DEFI, siendo estos homínidos muy naturales e inocentes que vivían es paz y armonía con la Energía y la Naturaleza, evolucionando acorde con los ciclos naturales del universo. Y así de esta manera se contaminó lo que faltaba del planeta.
Los Defiegómanos nuevamente hicieron desastres en esos lugares, contaminaron a todos y desordenaron el ecosistema. Se devolvieron con sus tesoros, cargamentos de esclavos y mujeres dejando en cada uno de los lugares un emisario como regente largándose con todo lo que recolectaron. No sin antes organizar respectivos aquelarres corporales con los habitantes del lugar mezclándose y procreando. La locura fue de tal magnitud que hicieron desaparecer a varias razas que poblaban los continentes del norte y del sur.
Al pasar de los años, nuevas semillas revolucionarias DEFI germinaron y fueron desalojando a los invasores hasta que proclamaron independencias y se liberaron de los conquistadores, algo realmente sin importancia, pues ya la semilla estaba plantada en el lugar y pronto comenzarían luchas internas entre autóctonos generando serios problemas en la evolución dichos continentes.
A todas estas, Satán, con la vuelta de los Defiegómanos viajeros, le llegaron las noticias de la tierra de libertades y oportunidades y se enfiló hacia ese lugar con todo su patrimonio y sus partidarios. Ahí encontró mucha materia prima para educar y enseñar. Llegó en un momento importante, pues había como siempre una revolución en contra de unos Defiegómanos invasores en el lugar, siendo un poderoso caldo de cultivo para llevar a cabo sus planes; y empezó a formar de nuevo la Segunda Revolución Luciferina, y con él nuevos descubrimientos.
En ese tiempo, apareció un Magno-líder Defiegómano que llevó a la humanidad a una hecatombe infrahumana promulgando una nueva casta blanca. Este desarrolló una mutación de la enfermedad muy peligrosa, fuerte e indestructible, la cual traía un gen de autoritarismo, racismo exacerbado y nacionalismo, acompañado de un delirio de grandeza sazonado con cierto complejo de inferioridad y la contagió a muchos de sus seguidores. Cuando el líder murió muchos de sus colaboradores emigraron a otras latitudes y a una región en donde existía lo que se llamaba "la otra raza" pues su piel era de color negro. Estos Defiegómanos se mezclaron con sus gentes y ¡zas! crearon unos dictadores muy sórdidos, al igual que en el continente del norte y del sur, que no se sabe por que razón deseaban superar o equipararse al líder muerto años atrás.
En esos años en el continente negro se cometieron todo tipo de salvajadas y experimentos con los habitantes ayudados por otros Defiegómanos. Con escasa diferencia diezmaron a la población y a consecuencias de eso, hoy en día ese continente esta sumido en una desidia total y absoluta, mostrándonos lo que es el "comienzo del fin." Pero faltaba lo peor, una poderosa mutación DEFI, haría su entrada en escena.
La ciencia avanzó en muchos sentidos y se lograron grandes progresos. Al mismo tiempo una nueva oleada de artistas de todo tipo apareció en el universo, la gente cantaba y bailaba con un ritmo alocado y novedoso en sitios públicos, se vestía de formas muy coloridas y bacterianas actuando de manera rebelde, confusa e inexplicable, predicando la paz y el amor, por todo el mundo; algo que realmente era muy extraño. Era el comienzo de un despelote apocalíptico sin precedentes; y en esa época, nacería una raza de Ególatras hasta ahora insuperable.
Algunos se hicieron seguidores fanáticos del Supremo, no se sabe porque razón, y al mismo tiempo, practicaban el "Amor Libre" con frenetismo, usando todo tipo de pócimas y brebajes nuevos que los hacía imaginar viajes interplanetarios, al momento que se entregaban a todo tipo de prácticas corporales inusuales. Por supuesto, Satán encontrándose en su máximo apogeo se animó y abrió varias sucursales del CDCC monumentales de varios niveles, organizándolo todo por departamentos y secciones, además con amplios sótanos y estacionamientos. A los hombres les dio por vivir nuevamente en comunas, cuevas, furgonetas y coches abandonados, que pintaban con figuras extrañas y símbolos psicodélicos. Amaban las flores y formaban parte de grupos ecologistas defensores de los animales y la naturaleza. Muchos de ellos abandonaron sus trabajos en oficinas y empresas de una manera incomprensible yéndose a vivir a la selva, desiertos y montañas. Se podían ver a un montón de seres totalmente chiflados viviendo en las plazas, bajo los puentes, en bosques cercanos a las ciudades, totalmente desligados de todo lo que les rodeaba. Apareció cualquier cantidad de institutos en donde se enseñaba cualquier cosa, desde como descubrir si las manzanas tienen alma, hasta como desdoblarse etéreamente sin asustar al perro. Proliferaron artistas de cualquier género creando cosas inusuales, como grabaciones musicales de peces bajo el agua, que servían para ver el aura humana, o canciones con sorprendes letras como "Amor mío, a través del chillido de mi gato, expreso mis más profundos sentimientos hacia ti" o "Dame, Dame, Dame, Dame más, Dame más..."
La confusión era total. Había gente que adoraba e idolatraba a esos idos del coco. Apareció todo tipo de gurús que predicaban la destrucción del mundo, otros que por unos cuantos pesos te llevaban al planeta "X". Al mismo, tiempo los seguidores de Satán hacían por primera vez su aparición pública manifestándose en libertad, predicando en sus templos que Lucifer, el señor del Cosmos, saldría de las sombras y vendría a salvarnos... DEFI había llegado de nuevo y esta vez con más fuerza y empuje para quedarse. No se sabe aún la explicación de toda esa locura psicotrópica y corpórea en que cayó la humanidad, se cree, por los estudios hechos por Amok recientemente, fue otro ciclo evolutivo DEFI.
Toda esa espiral de demencias trajo como consecuencias una nueva mutación DEFI, una bifurcación a otros síntomas más potentes, con consecuencias catastróficas para el hombre. Y supimos por las investigaciones de Amok, que la Energía que lo controla todo había empezado a reaccionar a través del mismo virus que se contagiaba básicamente por contacto corpóreo desenfrenado, la utilización de bebedizos y estimulantes para llegar al paroxismo del éxtasis, la población estaba muriendo irremediablemente. Pero unos SuperEgómanos, en nombre de la libertad y la justicia, se aprovecharon del caos reinante para apoderarse de todo. Se crearon grandes fábricas de instrumentos para la guerra, la lucha e invasión de otras naciones, se promulgaron leyes protectoras de Defiegómanos. Se crearon los llamados "Ocho Grandes", y estos empezaron a experimentar, guerrear e invadir sin ton ni son, probando armas nuevas, generando más muertes y contaminación. La señal era muy clara, hasta contaminaban el aire que respirábamos. Imagínense, el aire que respiramos para poder vivir... todo por dinero y poder, y las mujeres por supuesto. Era incomprensible.
Unos rebeldes Defiegómanos muy poderosos se apoderaron de algunos países en desarrollo, creando caos e incertidumbre entre sus pobladores. Era una lucha sin cuartel y sin importar las pérdidas. Aparecieron enfermedades muy raras, que aniquilaban a pueblos enteros. Raros bichos mutantes creados para hacer crecer las economías de los países, escapaban de sus nichos y picaban y mataban gente.
De la vida de Satán nadie sabe nada, ya no hay nadie a quien enseñarle los contactos corporales, pues todo el mundo los practica abiertamente... los bebedizos y alucinógenos están a la orden del día, las guerras y conquistas se llevan a cabo libremente por poder, dinero y control geopolítico de otras naciones y Defiegómanos sigue gobernando el planeta sin escrúpulos. El Supremo ha caído en una estado depresivo profundo. Sus ayudantes no saben que hacer con él pues recibió una queja muy fuerte de parte de la Energía Universal por lo del hombre, pidiéndole que se lo "cepille" de inmediato. Y para colmo de males, su representación multitudinaria en la Tierra se ha desacreditado a pasos agigantados por culpa de apoyar a los impresentables defiegómanos con fines dudosos, a la par que se ha descubierto que nuncios muy poderosos han hecho inversiones comerciales en el CDCC de Satán. Los inversionistas universales han retirado las ayudas apoyando la moción de hacer desaparecer al homínido, pues han aparecido todo tipo de plagas que arrasan todo, se extinguen plantas y animales, el clima ya no es el mismo y está cambiando irremediablemente. A cada rato ocurren catástrofes inusuales por todo el planeta por culpa de un descontrol ambiental creado por los intereses de los Súper-Defiegómanos.
El informe presentado por el Secretario Celestial del OMU (Organización Ministerial Universal) hace la siguiente reflexión:
¿Cómo pueden mantener el Equilibrio Universal unas criaturas que ellas mismas son desequilibradas?
"El hombre es víctima de su propio Ego y compite a toda marcha por cualquier cosa para controlar, tener y ser el mejor, no sabe compartir y es egoísta"
Los Defiegómanos modernos controlan todo a través de las grandes empresas productoras, los gobiernos, las sociedades secretas, el dinero, todo. Esa oscilación psíquica ocasionada por el Ego Inconsciente en la mayoría de los hombres los mantiene extraviados de lo que es natural, auténtico y equilibrado, haciendo que no vean más allá de sus narices, solo van a por el poder, la fama, el dinero, y por supuesto todas las mujeres que puedan para sus oscuros fines, sin importarles nada ni nadie. Pero una cosa si es segura, cuando se acabe todo no tendrán nada para disfrutar".
"Ya se ha dado la orden de abandonar al hombre a su suerte, para que él mismo cumpla con el destino que él mismo se ha trazado. El Supremo ya no lo defiende y se dice en los corrillos del infinito, que la Energía ha comenzado a extinguir al mortal..."
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